Sobre la obra
Los ancestrales azulejos que poblaron las casas de la Ciudad Vieja y los antiguos caserones del interior, fueron el motivo de mi otra mirada, del material frío e igualador que llenó de blanco y azul los alféizares, corredores y cocinas de las moradas uruguayas. El traslado de la medida clásica de 11x11cm de un azulejo, me lleva a tenerlo más cerca, de la distancia visual que domina mi espacio reducido a un 20x20cm.
La tela de algodón trasmuta la opacidad que modifica el brillo que queda de los antiguos azulejos. Los cortes, pliegues, bordados e intervenciones dadas por diferentes textiles enriquecen mi fascinación por el material y el disfrute que provoca encontrarme con un objeto que puedo manipular y sentir. Las apariencias juegan un rol importante en mi obra; lo real y lo efímero que puede resultar de lo simulado, entra con humor en mi trabajo..